De sangre brasilera, pero "argentinizado" por mucho tiempo, Edilio Cardoso regresó a la tierra que lo vio nacer. Su estancia en Florianópolis, alejado del fútbol, le permite disfrutar que sus hijos "puedan jugar en la calle, algo que en Buenos Aires era imposible".

A sus 37 años, el nacido en Alegrete, al sur del gigante sudamericano, ya no tira caños en el verde césped. A pesar de vivir a metros de la playa, aclara: "A veces juego con amigos, en cancha chica. Nunca fui de jugar en la arena porque nací en otro contexto. No me siento ex jugador, aunque sentí que era el momento de retirarme porque muchas cosas no me llenaban. Mi último equipo fue SATSAID".

"A Barracas lo sigo siempre, miro todo el fútbol argentino. Espero volver a Argentina y ver a Barracas jugando en Primera. Tuvimos grandes grupos y cuerpos técnicos, sólo nos faltó ascender. Jugábamos bien, teníamos mucho esfuerzo, pero faltaba la puntada final", recuerda el ex Boca, camiseta con la que debutó a los 20 años en cancha de Central.

Olavarría y Luna siempre le trae buenos recuerdos. Como futbolista propio: "Hubo tres lugares que estuve mucho tiempo y la pasé muy bien: Estudiantes, Almirante y Barracas. Central fue mi casa, me hicieron sentir cuidado y protegido, Chiqui siempre nos trató muy bien, la prensa también. Barracas se extraña", pero también como rival, a quien le marcó dos goles jugando para el Matador de Caseros: "Cuando enfrentaba a Barracas sabía que era un equipo duro, en formación, más allá de ser un equipo que recién ascendía".

"Me fui porque no tenía lugar en el equipo, sentí que se había cumplido un ciclo. Fui a Riestra, pero no tuve mucha continuidad porque sentían que no encajaba en el equipo. Me hubiese gustado jugar más y demostrar", rememora el volante, quien registra 69 partidos y 2 goles con la rojiblanca.