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31 Enero 2020

ADN Barraqueño: Juan Carlos Volpedo

Buscamos y entrevistamos a Juan Carlos Volpedo para charlar de todo: familia barraqueña, su llegada al club, su presente en el futsal y demás. Conocé al delegado de la disciplina en AFA...

 

La cita periodística es en Olavarría y Luna, el lugar que le cambió la vida. Un hombre simple, trabajador silencioso y barraqueño desde... pequeño y grande.

 

¿Qué es Barracas para tu vida en el presente?
Mucho. Paso mucho tiempo en el Club, soy dirigente y delegado abocado al futsal.

¿Cómo empezó tu relación con el Club?
Antes de nacer (risas). Mi papá y mi mamá se conocieron en la sede, que estaba en Vélez Sársfield 67.

¿Eran socios?
Mi mamá sí. Mi papá era jugador en ese entonces. Se conocieron en los tradicionales bailes de carnaval, que tan relacionados a Barracas están.

Ana María Navas, madre de Juanca, y su histórico carnet de socia

¿Creés importante tener una sede actualmente?
Para el socio es muy lindo tener una. Creo que en lo que respecta a los bailes los tiempos cambiaron, hoy en día los lugares para salir a bailar están en otros sitios.

¿Llegaste a conocer la sede?
No, no fui. Vine de más grande al Club, no en mi infancia. La primera vez fue en 2008, después de hacerme socio.

¿Y por qué elegiste Central?
Por la historia familiar, sabía que mi papá había jugado y por el barrio. La familia quería buscar un lugar de esparcimiento, para disfrutar y Barracas es ideal. 

¿Cómo evalúas el crecimiento de nuestro futsal?
Fue muy grande. Arrancamos en 2012 en la B, rápidamente ascendimos. Fue muy importante ese salto de calidad.

¿Y después?
Al principio en la A nos costó, arrancamos los primeros años sufriendo, el primer año jugando y ganando la promoción para no descender. Nos fuimos adaptando, sumamos mejores jugadores y armamos buenos equipos.

Y llegaron las copas...
Se lograron dos torneos: el Nacional 2016 y la Supercopa 2017. Nos costó mucho salir campeón. Yo digo que los campeonatos hay que disfrutarlos mucho porque nos costaron mucho. Con la adrenalina del momento no te das cuenta pero a la larga lo disfrutas.

Después de haber salido campeón dos veces uno creía que iba a empezar a ver más estrellas en el escudo de Barracas. ¿Por qué no se lograron más?
Nosotros le ponemos las mismas ganas y compromiso pero no se dan por pequeñas cosas.

¿Cómo ves la liga argentina? Hay muchos equipos históricos y poderosos...
Hay equipos que, por su presupuesto, están por encima de la mayoría. Pero igual hoy Barracas está dentro de los cinco o seis mejores conjuntos del torneo. La idea es seguir ahí, apostar a mantenerse y donde se pueda ganar un campeonato. Siempre estuvieron los históricos, como Pinocho, 17 de Agosto, San Lorenzo, pero en los últimos años se agregaron otros como Boca, Independiente, River, Kimberley y Barracas, que se incorporan a los habituales grandes.

Ya hay Primera e inferiores, ¿soñas con futsal femenino en el Barraqueño?
Es la idea, tendría que estar. El tema es armar las instalaciones. Es una disciplina pendiente pensando en las socias, que deberían tenerla para practicarla.

Nombrame dos o tres jugadores que te hayan deslumbrado...
Tendría que hablar de Ángel Claudino, un jugador extraordinario, el cual disfrutaba al verlo. Walter Pucheta, referente y capitán, que siempre me dice que quiere retirarse en Barracas, siempre está pendiente de lo que sucede en el Club. Y Matías Quevedo, jugador importantísimo que tuvimos, fue campeón del mundo. Dejaron una huella, marcaron historia. Hoy lo tenemos a Gabriel Ramírez, que es un jugador de Barracas del que en un futuro se va a hablar, tiene mucho camino para recorrer.

Falta poco para las Eliminatorias y el Mundial de Lituania. ¿Cómo ves a Argentina?
Es uno de los candidatos, lo veo muy bien. Tuve la oportunidad de ver amistosos y vi que el trabajo de Matías Lucuix es excelente, tiene mucho manejo de grupo. Haremos la fuerza desde acá.


Tenemos uno de los estadios más lindos en Olavarría y Luna. Sin embargo, tuviste la oportunidad de conocer otro que también es lindo, pero no tanto (risas). Hablame de cuando pisaste el Maracaná…
Estuve visitándolo con el Banco Provincia, donde juego Senior.

¿Así que jugaste en este mítico estadio?
No (risas). Fuimos de visita, ojalá hubiese jugado. Ya pisarlo y estar adentro es un hermoso recuerdo.

¿Y en Barracas jugaste alguna vez?
No. Me hubiese gustado pero de joven nunca jugué. Sí lo hacía con amigos, ligas amateurs.

Pero jugaste Senior de futsal en Barracas…
Sí, jugué, tenés razón. Fue un paso fugaz (risas). Fue recreativo, fue muy lindo representar a la camiseta.

¿Te acordás de tu viejo hablando del Guapo?
Sí, cuando lo traigo al Club siempre se encuentra con viejos compañeros y amigos. Siempre recuerda anécdotas.

¿Nos podés narrar alguna?
Siempre cuenta la de un partido en Jáuregui, que no sé que había pasado con los hinchas y terminaron todos peleándose. Después no podían salir con el micro. Habla siempre también de los recuerdos que tiene de la sede, de los bailes y de la gente que conoció allí. (N de R: el partido del que habla Juan fue el empate 2-2 en cancha de Flandria, por la 2da. fecha del torneo de la Primera C 1964).

Los diarios de la época se ocuparon de narrar lo acontecido aquella tarde en el Carlos V

Hizo 29 goles en dos temporadas, incluidos 8 dobletes y un hatrick. Era un goleador nato…
Sí, la verdad que fue una desgracia que sólo haya podido jugar dos años. En el 65, cuando él tenía 21 años y estaba recién en el comienzo de su carrera, falleció mi abuelo y tuvo que empezar a trabajar. Vivía con mi abuela y sus dos hermanas.

Juan Carlos Antonio Volpedo, artillero de redes de la década del '60

El fútbol -y el mundo- cambió porque hoy hubiese podido sostener la carrera pensando en una venta a futuro...
Sí, en ese momento el fútbol era más hobby, se tuvo que dedicar a trabajar para sostener la familia. Por suerte lo pudo disfrutar, aunque fue poco.

¿Quiso volver a jugar alguna vez?
No, ya no. No tuvo más vínculos con el fútbol profesional. Únicamente jugando con nosotros y sus amigos de manera recreativa.

Hace mucho que estás en el Club, viste muchos jugadores de fútbol 11. ¿Cuáles recordás?
Muchos del plantel del ascenso del 2010 como el Loco Gómez, Bojanich, Carlitos Arce, Salom. También algunos estuvieron en el torneo del año pasado.

Recordando dicho certamen ganado, ¿cómo veías a ese equipo?
Un equipo que daba gusto ver jugar, con una presencia y actitud en la cancha que pocas veces vi.

¿Y cómo los ves ahora en la Primera Nacional?
La primera ronda no fue tan vistoso, se estaba acomodando a la nueva categoría. Ahora tengo mucha expectativa, los veo con muchas ganas. Se vieron destellos de volver a ver el equipo campeón, con el juego que nos gusta a todos.

Pensando en tu conexión familiar en el Club, vos también seguiste la tradición…
Sí, con Vanina, mi esposa, compartimos muchos momentos en la disciplina y con Juani, mi hijo, como jugador, que hasta hace poco jugaba en Barracas y ahora fue a buscar minutos y progreso personal en Gimnasia y Esgrima de Vélez Sársfield. Somos una familia que viene al Club.

Como siempre, como la tradición así lo marca, con el escudo barraqueño siempre cerca

¿Amigos que te haya dado el Club?
Eduardo De Haro, quien me acompaña en toda la disciplina (N de R: en diciembre fue reconocido por la Comisión Directiva por su destacada labor y compromiso en el Futsal), Daniel Ramos, que fue quien me llevó a la disciplina. Comparto mucho tiempo con ellos.

¿Cómo ingresaste al Futsal?
Por Daniel Ramos, ya que primero lo llevo a Juani y después me insistió para que colabore.

¿Cómo recordás la Supercopa 2017 en Ferro?
Con una adrenalina bárbara. Son partidos que ganás o te quedás afuera. La final con Kimberley fue una cosa de locos, lo empatamos sobre el final y despúes los penales. Increíble.

La Supercopa 2017, en las vitrinas de Barracas. Eliminó a Secla, River y Kimberley

¿Qué sueños personales y profesionales tenés?
Personalmente tengo mi trabajo, con los camiones. Y el Club para mí es mi esparcimiento, mi salida del estrés. Cuando puedo vengo todos los días porque me libero, me saco la mochila del trabajo. No me carga con problemas el trabajo en la disciplina.

¿Cómo era tu infancia?
Vivíamos en La Boca, en el barrio Catalinas, hasta mis 8 años. Después nos mudamos a Avellaneda, hasta los 17. Tuve una infancia muy linda, íbamos mucho a una quinta que teníamos. Somos una familia muy grande, concurríamos 30 ó 40 personas cada fin de semana. En la secundaria iba al Pío XII, en Avellaneda.

Tu cuadro de fútbol no coincide geográficamente con los lugares que residías…
No (risas). Ser de River viene de un legado familiar, de mi abuelo, que estaba en la Comisión Directiva. Era amigo de Labruna y Pedernera, quienes estuvieron en su casamiento. Mi viejo llegó a hacer inferiores en el Millonario.

¿Vino en inferiores o directamente para Primera?
Para Primera. Era jugador de Boca, después pasó a préstamo a Barracas.

¿Y si un día se llegan a enfrentar Barracas y River?
El corazón está partido pero elijo que gane Barracas porque es el débil. En Copa Argentina o si ascendemos a Primera tendremos la posibilidad y haremos fuerza por Central.

Venís desde el 2008, ¿cómo ves el Club en lo edilicio e institucional?
Muy bien, año tras año las instalaciones crecen, siempre mejoran. Las obras que se hicieron y se están haciendo, como la cancha de futsal, se pusieron las luces. Es un orgullo colaborar para lograr que se hagan las obras, siento admiración por lo que se hizo. El Club está impecable.

Su Club: el que mamó desde antes de nacer y el que hoy le otorga la felicidad que necesita

Nombraste la cancha de futsal, ¿soñás algún día ejercer la localía en Olavarría y Luna?
Es el sueño de todos los años, ojalá la obra que está proyectada nos pueda dar el estadio. Pienso que le va a dar un crecimiento mayor a la disciplina porque va a generar un sentido de pertenencia, el público va a acompañar aún más. El futsal se diferencia del fútbol en cancha grande en el acompañamiento familiar, ya sea en partidos y entrenamientos.

¿Qué partido de futsal te marcó?
La final del Nacional contra Newell’s, de visitante, con 6000 personas en contra, un penal faltando dos segundos, el alargue, fue increíble.

¿Y de fútbol 11?
El del ascenso contra Acassuso. Fue el más importante de los últimos años porque subir a la Primera Nacional se venía palpitando, todos teníamos ganas de que pase y se pudo dar.

¿Qué te produjo que jugadores propios de Barracas defiendan la camiseta de la Selección?
Un orgullo. También el Club se lleva mis felicitaciones, ya que si no fuera por las armas que le da Central a los jugadores en su crecimiento no se podría dar. Son jugadores que, jugando en el Club, llegaron a la Selección.

Barracas fue campeón dos veces. ¿Creés que queda pendiente ganar el torneo?
Estuvimos muy cerca en 2017, salimos primeros en la fase regular pero justo se había cambiado el formato, se agregaron los playoffs. Tuvimos una gran temporada, pero el nerviosismo y la juventud del plantel nos pesó. Trabajamos siempre en vista de ser campeones porque es una cuota pendiente, pero es muy difícil.

Llegaste al Club como un socio más, de a poco fuiste incorporándote al futsal. ¿Cómo fue comenzar a entablar relación con Chiqui?
Siempre fue un presidente presente en el Club. Como socio, recién entrado, lo veía pasar saludando a todos, siempre estando pendiente de todo. Su crecimiento personal es impresionante. Lo que rescato es que es igual a antes: saludando, ocupándose. A veces me choca cuando me dice ‘Volpe’ cuando me ve porque hoy, a pesar de tener un cargo tan importante, él siempre fue así,

¿Ves el reconomiento del socio para con él?
Sí, siempre. La gente de Barracas sabe que siempre se preocupó para el bienestar. Es un ejemplo porque concurre al Club con la familia, entonces el socio se ve reflejado. Compartimos tiempo, espacio, charlas, mates. En otros clubes eso no me lo imagino. Esto en Barracas sucede normalmente, como si fuera un socio más.

Definime Barracas para vos…
Es mi despeje del mundo, mi desconexión, el lugar al que quiero venir, que me hace sentir bien y contento. El Club me da felicidad. Es un trabajo que, si bien tiene problemáticas, trato de llevarlo con el mejor respeto y compromiso. Quiero que la disciplina y el Club crezcan.

¿Y para la familia Volpedo?
Barracas Central es el lugar de esparcimiento, el sitio que uno viene a disfrutar, a pasar grandes momentos con amigos.

Sofía, Juan Carlos, Juan Ignacio y Vanina: piel barraqueña


Nos saludamos. Recordamos goles de su viejo. Los aires nostálgicos en el quincho del Club que le da un respiro de felicidad se sienten. Sigue siendo simple, correcto y amistoso. Sigue siendo un Volpedo.