Cerca de aeropuerto internacional, hubo fútbol de Alto vuelo. En Ezeiza pero sin 747 o free shop, Barracas despego en la tabla y superó con claridad a Tristan Suarez. Con una actuación pareja y sin fisuras el tres a cero final, tuvo gusto a poco. Nunca hubo reacción del local que fue insultado por su gente en gran parte del partido. 

La clave fue en el medio. Ahí funcionó la torre de control del equipo. La dupla Seccafien-Bevacqua funcionó a la perfección y fue demasiado para Tristan. Encima a los diez de la primera parte, Arce marco de cabeza su noveno gol con la camiseta Barraqueña y empezó a sentenciar la historia. Con el resultado a favor fue todo del Guapo. Los espacios y la movilidad del conjunto de Nardozza, sumados a la solidez defensiva fueron despintando a un Tristan totalmente sin rumbo y con la brujula apuntando a cualquier lado.El final delñ primer tiempo llego con solo un gol de diferencia, lo que pareció poco. Pero no hubo tiempo de acomodarse. Cincuenta segundos comenzado el complemento, alcanzaron para pegar el segundo grito. Después de un desborde por derecha, Juan Martín, con olfato de goleador, empujo debajo del arco. Las turbulencias locales fueron en aumento y se acrecentaron cuando un frente de tormenta fuerte comenzó a bajar de la Popu local. Barracas con piloto automático fue y fue.Una mala salida del fondo le otorgó a Seccafien el tercero y fue demasiado para los de Ezeiza. 

Barracas jugó su mejor partido en el torneo, logró ganar ser contundente, firme como equipo y desequilibrante en forma individual. Fue un lindo paseo en Ezeiza, a velocidad crucero pero pensando en seguir sumando horas de vuelo para aterrizar en el Nacional B.