En un partido que Barracas lo tenia perdido, apareció Julian Cano y a los 43 del ST, puso el 1-1 entre V. Dalmine y Barracas. La casa esta en orden, Felices Pascuas.
En este viernes santo todo el mundo católico tenía los ojos enfocados en el VATICANO y el papa Francisco en sus primeras Pascuas como sumo pontífice. Pero en esta parte del mundo, bien lejos de Roma, más precisamente en Campana, el pueblo barraqueño, que sabe de rezos y plegarias le apunto a JULICANO. Y valla si sonaron las Campanas del empate milagroso. En tiempo cumplido y cuando el partido quedaba en manos del local, apareció Julián CANO, que había ingresado un minuto antes y marcó el empate en la primera pelota que toco. El pie de Dios.
No fue una buena producción de Barracas Central, en una cancha eternamente difícil ,donde solo se pudo ganar tres veces en la historia. Por eso el punto conseguido se transformó en valioso mas por lo agónico del empate que por el rendimiento mostrado. Más allá de merecimientos Barracas fue otra vez un equipo sin poder de fuego. Con un equipo con dos modificaciones respecto a la derrota con Estudiantes, con la vuelta de SANTANA en la mitad, pero con el mismo esquema, Barracas se plantó con la idea de esperar y dar el zarpazo. Y tuvo sus chances, porque cuando Dalmine iba, mayormente impulsado por el “dudy” PEREZ, el barraqueño salió rápido de contra. Pero el mejor defensor rival suele ser las propias limitaciones en ataque. BERON y MACIEL se alternaron para perder ocasiones de gol sobre el arco de Agustín GOMEZ. El local se acomodó en mitad de campo y fue ganado la pulseada, sin inquietar demasiado el arco de Central.
Promediando la etapa SANCHEZ cayó dentro del área y ante el reclamo de toda la cancha, el árbitro BENITEZ entendió que simulo. Pareció penal. El empate le cayó bien al primer tiempo.
En el complemento Dalmine salió decidido a buscar el tanto. La decisión no fue acompañada por la precisión. Barracas se refugió atrás y aposto a una contra. FERRAGUT sintió el trajín, el calor y la falta de socios y fue reemplazado. Un rato mas tarde MILICCI se fue acalambrado otra vez como hace 7 días. Cada excursión de Barracas a campo rival fue acorde al sentimiento religioso. Una, cada muerte de obispo.
A los 33 (la edad de Cristo) de la segunda parte, un centro a la olla del viola se convirtió en un calvario. Salió lejos Elias, la pelota quedó boyando dentro del área y apareció CERRUTI para poner el 1-0. El gol fue una crucifixión para el barraqueño, porque sintió el golpe y porque otra vez sobre el final se quedó sin respuestas. Pero como no podía ser de otra manera, llego la Resurreccion. Si, la de CANO, que estuvo casi 2 meses postergado del plantel, entrenando a parte y la del equipo que vió como en la última pelota de la tarde, Dios, aunque sea por un rato se puso la roja y blanca.Amen.