Gómez; Broggi, Filipetto, González, Bontempo; Rodríguez, Arce, Passaglia; Valenzuela, Castro y Romero. Así, de memoria y de corrido como en los 80'. Sin dudar un instante y con la seguridad que te da el saber de que está bien y no podés equivocarte. Bueno, esto es el Barracas Central 2019 que acaba de ascender a la B Nacional. Un equipo que difícilmente se equivoque, que nunca dudó y que es acreedor de una convicción única e inigualable a la hora de jugar al fútbol. El fútbol que le gusta a la gente, el de galera y bastón u otrora habano y wiscky. Un equipo apuntalado de afuera por un viejo lobo de mar, conocedor y protagonista de grandes batallas sabatinas en nuestro fútbol de ascenso pero a la vez distinto porque cuando todos buscan defensores que marquen y la manden rápido al otro campo el Gato Daniele afianzó una dupla central que en el 99% de los casos salió siempre jugando con la cabeza levantada y la pelota al piso. Y si había que dar un pase largo en ese mismo porcentaje fue al pie o al pecho de un compañero. Una dupla central acompañada por dos laterales que hicieron de la marca y proyección una premisa futbolística inclaudicable incluso, frente a los delanteros mas exigentes. Claro que para que todo esto sea posible necesitas tener seguridad y cuando estos cuatro soldados miraban hacia atrás se encontraban con un capitán que les daba las garantías suficientes y la confianza para poder jugar así. Porque hay veces en que "puede fallar" como quien dice y ahí aparecía el gran primer pilar, el 1. Ahora bien, para ganar más allá de jugar bien tenés que meterla en el otro arco. Y para llegar al área rival este equipo siempre eligió el camino más largo, el de la salida limpia y el buen manejo en la mitad del campo por eso el segundo gran pilar está ahí. Un Rey que contagia desde la enjundia pero que a la hora de hacerse del balón siempre tuvo opciones con los laterales y con los volantes externos. En épocas de doble 5 al Guapo le bastó con uno para bancar, meter la cola entre los centrales o ser salida y para eso nada mejor que tener las bandas sostenidas por dos incansables y multifacéticos que hicieron un culto de la dinámica que cualquier equipo moderno necesita para hacer diferencias en nuestro fútbol. Pero hablábamos de goles para ganar y ahí es donde este equipo hace la diferencia. Porque mas allá de tener la pelota todo el tiempo, de manejar el partido a su antojo, de asfixiar al rival en cada m2 del rectángulo de juego, cuando estás frente al arco hay que estar lúcido y fino. Y vaya si lo estuvo. Y como no estarlo si en la zona de definición te encontrás con dos tipos que te dan el salto de calidad que pocos tienen y un extraterrestre que desde el principio conquistó el planeta Barracas desde lo determinante que resulta para el juego.
Este es el Barracas del viejo lobo, el que se vio en estos 31 encuentros. No es el de los compactos de las polémicas o el que intentan ensuciar en las redes sociales. Nadie, absolutamente nada ni nadie me va a quitar el inmenso placer y satisfacción de poder estar disfrutando de este maravilloso equipo. Porque esto sigue siendo un juego de 11 y estos 11 son los que, sin ningún tipo de dudas ni atenuantes, mejor lo juegan. Lo lamento por los que no tienen la capacidad del goce y disfrute. Lo lamento si "El caballo del comisario" los nubla y les resta. Me dan pena muchachos pero allá ustedes. Yo, Barraqueño!!!